Se pueden encontrar tornillos, tuercas, arandelas y pernos en todas partes que mantienen nuestro mundo unido, pero algunos de ellos llevan una vida mucho más dura que otros, especialmente aquellos utilizados en entornos hostiles como las instalaciones en alta mar. Debido a que nadie quiere desmantelar una turbina eólica o una plataforma petrolera solo para reemplazar los sujetadores, se utilizan aleaciones especiales de acero inoxidable resistentes a la corrosión. Esto permite al proveedor garantizar una vida útil mucho más larga, pero eso, a su vez, requiere una supervisión clara y rigurosa de la composición del material.
Cualquier parte de una estructura marina, ya sean turbinas eólicas, plataformas petroleras o barcos, que esté permanentemente expuesta al agua salada y a las inclemencias del tiempo, debe protegerse contra la corrosión. Las mismas precauciones tomadas para proteger las superficies de estas estructuras también deben aplicarse incluso a las partes más pequeñas que las mantienen juntas. Cada instalación en alta mar contiene miles de sujetadores, y cada tuerca, perno o tornillo tiene un trabajo importante que cumplir, al menos durante el tiempo que la estructura misma.
Para evitar un mantenimiento demasiado frecuente o, lo que es peor, la sustitución de todos los pernos antes de que la estructura se desgaste, los sujetadores están hechos de materiales especiales resistentes a la corrosión que garantizan una vida útil mucho más larga de lo habitual. Se utilizan diferentes tipos de acero inoxidable, con nombres crípticos como "316", "317" o "A4", cada uno con su propia composición de aleación. Por ejemplo, el acero inoxidable A4 contiene molibdeno, que aumenta significativamente tanto la resistencia como la resistencia a la corrosión para soportar agentes cáusticos como el agua salada (cloruros) y los ácidos. Se recomienda su uso en entornos altamente agresivos.
Una buena manera de asegurar que estos componentes estén hechos del material correcto es analizar su composición exacta. Aquí es donde el método no destructivo de fluorescencia de rayos X (XRF) es ideal. Usando el FISCHERSCOPE® X-RAY XDLM® con su poderoso software WinFTM®, es rápido y fácil tomar medidas muy precisas y precisas de la aleación, para determinar su composición. Y el uso de un pequeño colimador junto con un tubo de rayos X de microfocus permite la medición incluso en estructuras pequeñas.